viernes, 11 de noviembre de 2011

Oscuridad....


Oscuridad... Solo oscuridad. Detenidamente, giro para intentar ver algo en mí alrededor, pero solo veo oscuridad. Voy caminando, con pequeños pasos, con pulso tembloroso y con una mirada siempre atenta. Entonces, me encuentro una puerta gris. Me acerco, extañado de su presencia, ahí, sujeta a un vacío sin paredes, sin cimientos, sin nada. Cojo el pomo y lo giro, pero no abre. Ahora lo giro el pomo al sentido contrario, pero tampoco. Es como si algo bloqueara ese picaporte. Decido empujar con el hombro, nada. ''Habrá que cejar en el intento''-pensé. Cuando ya me estoy separando, se abre. Sorprendido, asomé la cabeza y no pude ver nada a través de ella. No tenía nada que perder, entonces me adentré al desconocido y según paso, veo una imagen desoladora: una pradera, grisácea, arboles sin hojas, secos, las flores, marchitas y el viento, transportadora de cenizas sin peaje. Me postré de rodillas. Salgo de la oscuridad para meterme en otro lugar peor.
Desde la lejanía se oyen disparos, pisadas y voces.... ¿Qué me deparará?


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