domingo, 27 de noviembre de 2011

Mil y una palabras - Capítulo 3º

Entró en la casa. Se encontraba en el recibidor, con una escalera en la parte derecha que llevaba a la segunda planta,  a la izquierda se podía ver un amplio salón y a la derecha una cocina que no se quedaba atrás. Subió las escaleras y giró a la derecha, al fondo es donde se situaba su cuarto. Abrió la puerta y se quedó en el marco de la puerta. Era cuadrada. Tenía una ventana al lado izquierdo, y junto a ella se encontraba una cama. Luego el otro único mueble que había eran las dos baldas que había en la pared de la izquierda. Colocó la caja al lado de la pared de las baldas y quito la cinta de precinto. Empezó a vaciarla. Primero colocó una copa que decía: “Al mejor jugador de la temporada 2008/09 en baloncesto”. Le siguieron : “ 2º clasificado en Matemáticas avanzadas de la Comunidad” ,“Reconocimiento a la mejora del centro escolar” y “Míster Anti-Social del instituto 2008/09” Según termino de ponerlos en la estantería, miró hacia la derecha de este último y encontró una frase pintada con permanente en la pared que decía: "No hay hombres perfectos, sólo intenciones perfectas".
- Bobadas- pensó- Tampoco hay intenciones perfectas, solo para el bien propio.
De repente oyó golpecitos, como si fuera granizo sobre la ventana. Paró. De repente, oyó pero más constantemente. Se oyeron unos cuchicheos y unas risas. Lucas entonces se dirigió hacia la ventana y vio como un pequeño grupo de muchachas de su edad más o menos andaban riéndose y recogiendo más piedras. Antes de que se dieran cuenta, abrió la ventana y les dijo:
-¿Qué muchachas, no tenéis nada mejor que hacer? Quedar con vuestras amigas, ir a comprar la nueva moda de invierno… ¿Nada mejor que venir a tirarle piedras a un chico desconocido?
-Un tío desconocido que se hace el duro y está como el pan- voceó una.
-¡Sí, sí!- empezaron a mascullar las otras.
- Bueno, ya que habéis podido hablar conmigo, dejarme ahora- acto seguido cerro la ventana y se giró.
-Os lo dije chicas, está buenísimo- mientras se oían estás palabras, se iban.
Se apoyó en la ventana y se quedó mirando a la frase de la pared. “No hay hombres perfectos…” Pues todas las chicas superficiales que ven un chico guapo y con buen cuerpo”-pensó. Entonces se giró y vio a una chica un poquito más bajita que ella, de pelo castaño, tez morena y con unos ojos marrones oscuros, casi como el mismo carbón, entrando de  prisa en la casa de la otra acera. ¿Quién será? Entonces su madre irrumpió en sus pensamientos.
- ¡Ay, ay, ay , ay- le decía su madre mientras sonreía y se sentaba a su lado- Ya tienes tu club de fans, ¿Por qué les cerrrastes la puerta?
- Porque me conozco a muchas con que intención quieren conocerme,y no quiero tener amigas de ese tipo- comentó bruscamente mientras colocaba un poster de Avenged Sevenfold al lado de la curiosa frase- Pero… ¿quién es la muchacha que vive en la casa de enfrente?
-Es la hija de mi compañera de trabajo, se llama Yaiza, o eso me parece que dijo mi compañera. ¿Quieres conocerla?- dijo mientras se levantaba y cogía a Lucas de su brazo.
-No, Eli, no, ahora no quiero, tengo muchas cosas que hacer- decía intentando resistirse a su madre.
-Vamos, que te la presento ahora mismo- le dijo mientras le sonreía.
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¡Menuda madre más enrrollada y mala verdad? Cuánt@s querríamos una madre así... pero no existe muchas madres como esas, así que intentarlo ser vosotras así cuando lo seáis. :)
Bueno, la madre le va a presentar a Yaiza, ya sabemos como es, pero, que nos deparará, no todo va a ser un llano y simple camino como parece ser.

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