Abre los ojos, mira en el techo, como esa pequeña grieta lo cruza a lo largo hasta llegar a la pared y piensas: “Habrá que taparla y repintarla, pero no será hoy.” Siéntate en la cama y piensa en lo que te deparará el día. Levántate con el pie izquierdo, dicen que da mala suerte, pero para eso está, para romper esquemas. Baja a la cocina y sírvete el desayuno. Al recoger, te das cuenta que volcaste el salero, pero nada, una nimiedad. Coges un poco de dinero y sales decidida hacia el kiosco, en lo que, a unos pasos te encuentras a un gato negro, y decides acercarte a él, cógelo y acarícialo, porque es un gato como los demás, y no hay motivo para discriminarlo. Lo posas y sigues tu recorrido hacia la tienda. Llegas al puesto y compras tu revista favorita. De vuelta a casa, en la última esquina empiezas a sacar las llaves del bolso y se te cae el espejo y se te hace añicos, pero bueno, recogiste los trozos más grandes, los tiraste a una papelera cercana y pensaste: “Habrá que comprar otro”.
Cualquier persona después de todas estas malas pasadas se preocuparía, e incluso, les podría quitar el sueño, pero tú lo pasas por encima, porque son cosas que dice la gente y no necesitamos más preocupaciones, solo necesitamos llenar nuestra vida, nuestro tiempo, con diversión, bienestar y felicidad.
3 comentarios:
Me ha encantado está entrada. Yo no entiendo a la gente supresticiosa, bueno la entiendo, pero no comparto su opinión ;D
Me alegro que te haya encantado esta entrada,y también las entiendo, pero no creo en la mala suerte,soy la mala suerte personificada. (; Me alegro que te haya gustado.
Nadie es la mala suerte en persona, todos tenemos momento buenos, de suerte, incluso la persona más gafe del mundo ;D
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